La prevención de las enfermedades puede ser de carácter personal mediante hábitos de vida saludable que incluyen una higiene personal adecuada, ejercicio moderado, alimentación equilibrada, dormir siete u ocho horas, afrontar el estrés con suficiente descanso, y no consumir sustancias tóxicas; y de carácter colectivo, mediante las campañas de vacunación y las campañas de prevención a nivel institucional.
La vacunación consiste en introducir en el organismo microbios o sustancias que producen determinadas enfermedades, a los que previamente se les ha disminuido su capacidad tóxica. Los sueros son anticuerpos específicos contra una enfermedad.
Para luchar contra las enfermedades infecciosas se utilizan los antibióticos, sustancias producidas por ciertas bacterias y hongos que impiden el crecimiento de las bacterias.
