Consideramos enfermedades de transmisión sexual (ETS) a aquellas enfermedades que se transmiten mediante el contacto sexual. Estas enfermedades también se pueden transmitir de la madre al feto, bien sea durante la gestación, en el momento del parto o durante la lactancia.
- Sífilis: provoca lesiones cutáneas en los genitales, que se pueden extender por el sistema circulatorio y nervioso.
- Gonorrea: origina lesiones en los conductos urinarios y en el cuello del útero.
- Tricomoniasis: produce inflamación de los genitales femeninos y de los conductos urinarios en el hombre.
- Candidiasis: produce inflamaciones de los genitales externos femeninos y masculinos.
- Herpes genital: origina lesiones ulcerosas en los genitales externos.
- Hepatitis B: provoca trastornos digestivos e inflamación del hígado que puede desembocar en una cirrosis hepática.
- Pediculosis: da lugar a picores intensos en los genitales y lesiones cutáneas.
- Sida: el VIH provoca la depresión del sistema inmunitario, ya que infecta a células del sistema inmunológico y nervioso. Por ello, el individuo es muy vulnerable a las enfermedades oportunistas. En la actualidad el sida se puede considerar una pandemia, que destruye diariamente muchas vidas. Es una enfermedad que no tiene cura, aunque se ha conseguido, gracias a los fármacos, que sea una enfermedad crónica en el primer mundo.